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sábado, 18 de febrero de 2017

Toca pensar un poco...






“La única persona con la que deberías compararte es con la persona que eras ayer. Esa es la persona a la que debes superar y en la que debes fijarte para ser mejor”.
“Entramos en el mundo solos y lo dejamos solos”.
“He sido un hombre afortunado en la vida: nada me resultó fácil”.
“Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo”.
“La primera persona que lanzó una maldición en vez de una piedra fue el creador de la civilización”.
“Antes de que te diagnostiques con depresión o baja autoestima, primero asegúrate de no estar rodeado de idiotas”.
“Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”.
“Existen dos maneras de ser feliz en esta vida: una es hacerse el idiota y la otra serlo”.
“De nuestras vulnerabilidades vienen nuestras fortalezas”.
“La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”.
“No hay en la vida nada más costoso que la enfermedad y… la estupidez”.
“Quien piensa en fracasar, ya fracasó antes de intentar; quien piensa en ganar, lleva ya un paso adelante”.
“La meta de la vida es la muerte”.
“El que sabe cómo esperar no necesita hacer concesiones”.
“Ser totalmente honesto con uno mismo es un buen ejercicio”.
“Cuando la inspiración no viene a mí, hago medio camino para encontrarla”.
“Cuanto más perfecto parezca un hombre por fuera, más demonios tiene dentro.”
“Si quieres vivir, prepárate para morir”.
“Las emociones no expresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas”.
“No existe ningún punto de partida si no se sabe bien a donde ir”.
“Los hombres son más morales de lo que piensan y mucho más inmorales de lo que pueden imaginar”.
“Solo la experiencia propia hace al hombre sabio”.
“El primer signo de estupidez es la completa falta de vergüenza”.
“No siempre estamos libres de cometer los mismos errores de los que nos reímos de los demás”.
“Las multitudes no han conocido jamás la sed de la verdad. Exigen ilusiones, sin las cuales no pueden vivir”.
“Cada persona tiene un deseo que no dice a los demás, y un deseo que no confiesa ni siquiera a sí mismo”.

Caída mortal

Habitaban en una casa una familia normal,
y entre ellos, su futura y pequeña ovejita negra.
Sus labios eran muy finos, sus cejas casi ni se veían,
sus manos tan pequeñas que todo lo quería tocar.

Poco a poco fue creciendo, así como su negro mate,
y fue dándose a ver, como en una pared estampado un tomate.

La rabia se acercó a su vida, y ésta le sacaron,
hasta que un día no pudo dejar de soltar.
Percibe el mal de las personas, y no lo puede dejar pasar.

Sola, en su propia soledad.
Comiendo todo tipo de mentiras, para no defraudar,
pero se cansa, porque todo viene contracorriente,
y nadie para a pensar que quizá no es conveniente.

Sola, en su dulce corazón,
tan enorme que cabría,
el iceberg con el que el Titanic chocó.

Amistades falsas, o amistades verdaderas,
momentos de felicidad, o momentos de pasadas...
Ya uno no sabe en qué creer, pues la oveja negra,
al final entre su hueco,
es la que más puede ofrecer.

Más la maldad creerán que existe en ella,
pero no es así, esa no es su manera..
Le destrozan, hasta dejarle en el suelo...
la vida entera...

Miedo, miedo de  no avanzar,
y de quedarse estancada,
para no tener una herida mortal.

Pues, si el estanque perece,
poco a poco se pudre,
y nada de ésto crece.

No deseo ningún mal,
y cuando me levanto,
parece que mi corazón,
mande un mensaje de adelanto.



Momentos

Dicen que quien se va sin ser echado,
vuelve sin ser llamado...
Pero, ¿qué hay del querer solucionar,
y a nada llegar?

La vida cansa, la muerte acecha,
todas las cosas no crecen en la cosecha.
Cada día que pasa,
como el anterior,
destrozando un poco,
lo que un día 'amistad' se llamó.

Y me cuesta entender,
cómo cambia la gente,
las necesidades básicas cubiertas,
y ya no hay quien se presente.

Más qué importa,
cuando estuviste tú,
si en su día a día,
compartiste la alegría,
para finalmente,
acabar matando de agonía tu mente.

Que cuándo más te necesitaban,
tu mano cedías,
y cuando más lo necesitas,
si con suerte te saluda,
vete contenta para todo el día.

Pena me da, pena de verdad,
pena que reside dentro,
en la eterna profundidad.

Más, nunca encontraré una razón,
para saber cómo la gente,
puede llegar a ser tan poco humilde,
coger tu mano e hincar el diente,
hasta destrozar con maldad...tu corazón.

¿Amigos? A veces ni los conozco,
cuando más los necesitas, nunca están,
pero a veces me hace pensar que la loca soy yo...
Por pensar, que lo que coseche recogeré,
pero siempre viene otro, que lo roba...
Y el desagradecido vuelve, sin siquiera pedir perdón.

Fuera de mi vida,
fuera, atrás.
No quiero saber nada,
de todo aquél que trae maldad.

La falsedad también me vale,
pues no me sirve para aumentar,
éste corazón herido,
para que se vuelva a curar.

Más en la lejanía me espanto,
porque no sé cuando volveré a ver,
esa única alternativa,
que me hace enloquecer.

Olvidar todo del corazón,
no llorar a más no poder,
evitar todo aquellos daños,
que vayan a hacerte no perecer.


Att: Aje . 18/02/2017