No saber que sentir. No saber que hacer. No saber dónde tirar. No saber dónde ver.
No saber sabiendo que se lo que se supone que no debo saber...
Saber sobre el desconcierto que me provoca no saber y me causa la desesperación.
Desesperación por momentos injustos, de sentimientos intrusivos que calan el alma.
Calan el alma con la repetición propia de una incesante exigencia.
Exigencia que nadie ha de imponer salgo la propia disciplina.
Disciplina que nos enseñan: enseñar a aprender a aprender sin importar en el fondo como tú aprendas
Cómo aprendas marcará tu estilo más allá de tu trabajo.
Trabajo que ya de por si nos venden como poco reconocido, y que menos reconocen.
Reconocen que debemos reconocer cosas que nunca proponen de verdad.
Proponen que realicemos contextualizaciones en una realidad que no vivimos ni tenemos presente en una realidad de aula.
Una realidad de aula donde hay inconsciencia sobre la verdadera funcionalidad que existe y un profundo empirismo que merma la motivación.
Motivación que nombran como vital para el aprendizaje.
Aprendizaje que por tanto no realizamos por el mismo empirismo que critican.
Critican el empirismo desde el mismo empirismo.
Empirismo que deja que desear el curso de las clases.
Clases que son infinitas y no permiten libertad.
Libertad que proponen se tenga con la ejecución de nuestra labor.
Labor que de nuevo queda defraudada con la manera en la que nos introducen la materia.
Materia que solo es material.
Material que solo es contenido.
Contenido que nos hacen repetir una y otra vez con la intención de terminar "aprendiendo" sin realizar un aprehendizaje verdadero.
Verdadero como la cruda realidad que tenemos en base a una educación de "calidad".
Educación de "calidad, pública y democrática" que promete una accesibilidad universal.
Accesibilidad universal que simplemente parece prometer un sitio en un pupitre si te lo has ganado.
Si te lo has ganado en base a una supuesta nota que marca tu rendimiento y valor.
Rendimiento y valor al que no debemos darle peso en un número en nuestro quehacer...
Un quehacer que dejará que desear, porque si la imaginación no surge cuando se trabaja el contenido.... Se queda un aprendizaje muerto y repetitivo... Empirista y basado en una exposición aburrida de la que nadie recordará...
Y para cuando nos demos cuenta, estaremos creando traumas en niños y niñas, porque lo crearon así, y en la universidad no nos enseñaron lo contrario....
A.J.E 28.11.23
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