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sábado, 15 de septiembre de 2012

Dulce verano.




Estaba sentada detrás de una calle, donde pensaba que nadie le vería. Lloraba por su pérdida mientras miraba el fondo de su pantalla que era protagonizado por su sonrisa. Las lágrimas caían sobre la pantalla, sobre su imagen la cual se difuminaba con ésta, su vista ya era casi nula. – Necesito verte… Rosalie. Te necesito… - Decía susurrando mientras no dejaba de ver su foto. Estaba cerca de su casa pero no se atrevería a llamarla allí. Marcó su número. Escuchaba nerviosa como sonaba antes de cogerlo. - ¿sí? – Contestó tras el teléfono. Sólo podía tartamudear. – Ah…Ah… Ah… - Dijo, antes de colgar. Apretaba el teléfono con sus pulgares sin dejar de mirar las fotos. Notó su móvil vibrar, era ella. Colgó y con lentitud y entre lágrimas se puso el teléfono al oído… - ¿S…sí? – Decía, tartamudeando. - ¿Te pasa algo, Adele? ¿Estás bien? – Contestaba Rosalie. Mientras tanto, Adele no sabía qué responder. – V…Ven… Te… Te necesito – Decía mientras tartamudeaba al teléfono. – S…sabrás dónde encontrarme… - Decía mientras lloraba. Colgó el teléfono a esperas de la chica que poco después, aparecería corriendo por el lado contrario al que esperaba. Ella estaba encogida, llorando mirado su foto mientras Rosalie se acercaba a ella. Se arrodilló al lado de ella, sin decir nada, para no sofocarla, le acarició el hombro y acto seguido se sentó a su lado. La abrazó por los hombros y Adele se acercó a ella, apoyando su cabeza sobre su pecho, abrazada a ella mientras lloraba – Te quiero – Dijo Adele. – Yo también a ti… - Dijo Rosalie, sin comprender todo. Adele la miraba de reojo mientras se introducía en su pelo, abrazada a ella. Dio un leve beso en su cuello, mostrándose más tranquila ahora que estaba sobre ella. – No me sueltes – Decía Adele. – No lo haré… - Dijo Rosalie mientras la miraba de reojo y le dio un beso en su cabeza. - ¿qué te pasa, cariño? – Preguntó Rosalie, al verla más tranquila. – No sé si puedo decírtelo… - Dijo Adele, con la cabeza gacha. - ¿Por qué no ibas a poder? – Preguntaba Rosalie, intrigada. – Porque me da miedo perderte. – Se abrazaba con más fuerza a Rosalie. Ella le correspondía agarrándole, suavemente – Sabes que no me vas a perder, ¿no? Pase lo que pase siempre voy a estar aquí. Una vez dije que no te iba a fallar y, así va a ser siempre, ¿Lo sabes? Antes de perderme, te hartarías de mí. – Dijo Rosalie con una sonrisa en sus labios. Adele la miró. Se quedó mirando un momento sus labios y luego la miró a los ojos. – No vale… - Dijo, mirándola - ¿No vale qué? – Contestó, algo confundida. – Que vengas aquí cuando lloro por una razón, me abraces, hagas que el mundo se pare y estemos solas. Que me sienta mejor mágicamente y que me entren unas ganas de… - Se quedó callada antes de decir nada, se volvió a echar sobre la pared - ¿Unas ganas de…? – Repuso Rosalie. – Nada, da igual. – Dijo, mirando a otro sitio. – Adele, ¿qué te está pasando? – Adele cerró levemente sus ojos mientras mordía su labio, ella se ponía sobre su rodilla, aún sentada para verla mejor – Sabes que puedes contar comigo, lo sabes, ¿no? – Dijo sin apartar su mirada. Adele asintió. – Lo sé, pero me da miedo… - Dijo sin dejar de mirarle a los labios ahora. Más tarde la volvió a mirar a los ojos, sabía que no podría pronunciarlo - ¿qué te da miedo? – Contestó Rosalie. Adele se quedó callada, mordiéndose el labio, alzó su mano y con el pulgar acarició su mejilla. Con el índice se deshizo de aquél mechón que cubría su rostro – Estoy enamorada… - Dijo mirándola a los ojos, parpadeando suavemente y volviendo a bajar el rostro. Apoyó la cabeza en la pared y dejó que ésta le llevase la mirada baja -  ¿Enamorada? ¿De quién? – Dijo Rosalie, ilusionada. – De alguien de quien no debería estarlo – Dijo mientras la miraba a los ojos. – Pero, ¿sabes? No puedo evitarlo, porque te… le quiero… Y porque es lo mejor que he conocido en mi vida, hasta ahora mismo… - Decía sin dejar de mirarla, con unas inmensas ganas de besarla – Rosalie la miraba con una sonrisa en sus labios, como era normal. - ¿Quién es? Eso que sientes es… Muy profundo, Adele… Deberías decírselo – Adele negaba mientras la miraba, con una lágrima saliéndole de sus ojos. Rosalie acercó su mano al rostro de la chica y con suavidad secó con sus pulgares las lágrimas e hizo que la mirase fijamente. – No llores por amor. – Adele la miraba negando, agarrando ambas manos de la chica, sin apartar su mirada de ella. – Lloro por ti… - Rosalie la miró frunciendo ceño, confundida. - ¿Por mí? – Adele asintió mientras de mordía el labio y más tarde humedeció ambos. – Por ti, porque te quiero. Y porque no podría sentir esto, por otra persona que no fueses tú. Porque desde que te conocí, me intrigaste y no paraba de pensar en ti y, cuando empezamos a salir, ya era genial. No puedo evitarlo y es así… Tenía miedo de decirlo, porque sé que después de esto no va a ser nada igual… Sé que todo va a cambiar y, que yo voy a dejar de vivir, porque ahora mismo me estoy muriendo al decirte esto… - Decía Adele, trabada por sus lágrimas. Rosalie intentó interponerse en sus palabras pero Adele puso el dedo índice sobre sus labios – Y sé que no vas a sentir lo mismo, porque, fue un flechazo que me lleva durando de hace tiempo pero no puedo evitarlo, es más, si pudiese ahora mismo no te estaría diciendo que me estoy muriendo por miedo de no poder besarte… - Decía quedándose callada, mordiéndose el labio inferior. Rosalie se iba acercando a ella, mientras acariciaba su mejilla. Besó suavemente su mejilla y no se separó, sus labios rozaban suavemente la misma y los fue desplazando hasta su comisura. Adele cerró sus ojos Rosalie hizo lo mismo, nerviosa. Las manos de Adele estaban sobre el suelo, temblando y las de Rosalie rozaban con lentitud desde la tripa hasta la cintura de Adele, haciendo ésta encoger. Notaba la respiración agitar y los labios de Rosalie se acercaban más a los de Adele. Adele entreabrió éstos, dejando pasar una respiración mutua. Abrieron sus ojos, se miraron. Sonrieron y los volvieron a cerrar. Rosalie se acercaba hasta encajar sus labios con los de la chica. Ambas quedaron unidas en un beso que siempre iban a recordar. Rosalie, temblando se alejó un poco, encogiendo sus labios. Volvió para darle un dulce beso en los labios y sonrió mientras la miraba a los ojos. – No vuelvas a decir… Esas tonterías… - Adele se acercó a ella dándole otro beso en los labios. Terminando unidas en un abrazo.

Att: Aje 12.09.12

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